jueves, 11 de agosto de 2011

La gente se reúne en los viejos salones de té,

En los teatros y en los puentes levadizos,

Juntos forman tremendas explanadas dentro de salones

que son como gigantes conchas marinas.


Y el uno mismo es un secreto,

como una semilla de eucaliptos guardada en el bolsillo,

un secreto;

como volver a ser niño

y ver nuevamente el color de las piedras,

los días nublados y despejados,

la furia permanente del mar reventando en la orilla.


Multitudes de personas calladas

viviendo felices sin pensar en ello,

plenas sin saberlo

hermosas sin nunca verse en un espejo.

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