Perdiste todos tus pijamas en una maleta.
Se los llevaron los de ferrocarriles del estado
y se les cayeron al medio de la patagonia,
eran todos tus pijamas de verano,
con motivos juveniles
y elaborados diseños aprincesados.
Se fueron navegando por el mar en la maleta,
salvando al naufrago que reia conversando con la brisa matutina.
Y así se fueron y se perdieron todos,
junto con el cepillo de dientes
del prepotente
de nuestro presidente.