Perdiste todos tus pijamas en una maleta.
Se los llevaron los de ferrocarriles del estado
y se les cayeron al medio de la patagonia,
eran todos tus pijamas de verano,
con motivos juveniles
y elaborados diseños aprincesados.
Se fueron navegando por el mar en la maleta,
salvando al naufrago que reia conversando con la brisa matutina.
Y así se fueron y se perdieron todos,
junto con el cepillo de dientes
del prepotente
de nuestro presidente.
4 comentarios:
lo peor de todo es que ahora me muero de calor
sin mis aprincesados
pijamas de verano.
buena, por fin publicaste un poema y no una noticia.
esta bueno
Me gusta mucho eso que escribes!
Publicar un comentario